EL KÁISER GUILLERMO II: ¿HÉROE O VILLANO?

Cornflakes, un "debat" (més aviat soliloqui) fort interessant. Et prometo de participar-hi quan pugui temporalment i intel·lectual. Ja et demanaré, al seu temps, que em recomanis bibliografia del tema.

Per cert, si duus a terme un estudi genealògic de la família d'en Lorenzo "Von" Matterhorn, m'interessarà veure'n els resultats.

Tengo amplia bibliografía que recomendar -y, de hecho, yo tengo varios volúmenes acerca del asunto bajo mi posesión-, aunque parte de ella está en alemán. De todas formas, siguiendo tu consejo, ya te contaré más adelante.

Respecto a la ascendencia de Matterhorn, yo también estoy muy interesado en estudiarla: quiero ver qué grado de relación exacta existe entre él y los Hohenzollern. Lo cierto es que un pariente de Federico el Grande y Guillermo II -entre otros- no se encuentra todos los días.

Profundizaremos en el tema.

Procederé ahora, si os parece, a traducir del francés -hasta ahora lo había hecho del inglés- un fragmento del Guillaume II d'Allemagne de Christian Baechler, especialista en la Alemania de los siglos XIX y XX.

En concreto, se trata de las páginas dedicadas a la espera del trono imperial por parte de Friedrich Wilhelm Viktor Albrecht von Preußen (1859-1941), que reinó finalmente como Guillermo II.

Os ruego que tengáis paciencia. El proceso de traducción, con el objeto de ser acurado y plenamente válido -es decir, sin recurrir a los nefastos traductores electrónicos e interpretando debidamente el texto-, va a ser algo lento.

Los orígenes de la tensa relación entre Bismarck y Guillermo II hay que buscarlos antes de la subida al trono de éste. Veamos, antes de todo, cuáles fueron las causas del súbito acceso de nuestro protagonista a la cumbre del “Reich”, tras la muerte de su abuelo y su padre en 1888:

LA ENFERMEDAD DEL “KRONPRINZ”

Desde el otoño de 1886, el “Kronprinz” Federico –padre de Guillermo II, que más tarde reinaría como Federico III y que entonces, con Guillermo I de emperador, era el heredero al trono- sufre una ronquera persistente. En marzo de 1887, un especialista descubre un bulto en una cuerda vocal, que después de una cauterización reaparece rápidamente. El 17 de mayo de 1887, varios médicos diagnostican un tumor canceroso y aconsejan una arriesgada operación que dejaría al enfermo sin voz. El diagnóstico es no obstante invalidado por un especialista británico y un análisis microscópico de células extraídas de la zona afectada. A pesar del desacuerdo de los médicos alemanes, que persisten en pensar en un tumor maligno, el “Kronprinz” decide no someterse a una operación y seguir los consejos de reposo del especialista británico. En noviembre, nuevos exámenes deducen que se trata de un cáncer incurable de laringe, pero el “Kronprinz” rechaza la realización de una laringectomía –que consiste en la extirpación total o parcial de la laringe dañada por un tumor y la creación de una nueva abertura, llamada estoma, mediante la cual se efectúa la respiración- que podría aplazar la solución fatal de dejarlo afónico. El 9 de febrero de 1888, tras unas dificultades respiratorias crecientes, se debe proceder a una traqueotomía –incisión en la tráquea para extraer cuerpos extraños o malignos-. La enfermedad del “Kronprinz”, así como su ausencia de Berlín de junio de 1887 a marzo de 1888, hasta el deceso de su padre, dan vía libre a las intrigas y maniobras por la sucesión. Desde mayo de 1887, la corte está convencida de la malignidad del tumor y se prepara para un próximo acceso al trono del príncipe Guillermo. Una polémica se desarrolla contra el médico británico que ha desaconsejado la operación y la princesa Victoria –hija primogénita de la reina inglesa Victoria I, esposa del “Kronprinz” y madre del futuro Guillermo II-, acusada de haber ignorado las advertencias de los médicos alemanes por anglomanía. El príncipe Guillermo también participa en la polémica acusando a su madre y a los médicos ingleses y judíos de atender mal a un padre con un comportamiento «heroico», en la más pura tradición de los Hohenzollern –la familia real prusiana-.

El 17 de mayo [de 1887], el diplomático Holstein anota en su diario, expresando la opinión de muchos de sus contemporáneos, que «Dios actúa según vías misteriosas. El implacable curso de la historia ha sido alterado de forma inesperada. El príncipe Guillermo podría ser emperador a los treinta años. ¿Qué pasaría entonces? Si el príncipe tuviese diez años más o el canciller diez años menos, consideraría, desde un punto de vista puramente político e impersonal, que el acontecimiento es favorable». El 28 de junio, remarca la inquietud de numerosas personas «que consideran al “Kronprinz” menos peligroso que al príncipe Guillermo, ya que puede ser guiado, mientras este último no». Herbert von Bismarck –hijo mayor del famoso canciller- lo tiñe también de palabras pesimistas: «El príncipe [...] se imagina ser Federico el Grande, pero no tiene ni sus dones ni sus conocimientos. Y Federico el Grande, joven hombre, tenía constantemente trabajando y ejercitando a su inteligencia, mientras que el príncipe Guillermo estropea sus talentos frecuentando permanentemente a los tenientes de Potsdam. Es también frío como un bloque de hielo. Convencido desde el principio de que la gente no existe sino para ser utilizada –para el trabajo o para la diversión- e incluso de que sólo sirven durante un tiempo, después del cual se pueden dejar de lado [...]. Si el príncipe llegase hoy al trono, muchos errores serían cometidos. Sus ideas sobre la política interior son las de un teniente de Potsdam y sumergirían fácilmente a Alemania en una guerra civil si fuesen aplicadas». Holstein señala que «ese esbozo del carácter del príncipe –sin corazón, superficial, vanidoso...- había sido confirmado por los medios más variados». El general Alfred von Waldersee describió, por su parte, otro efecto de la enfermedad del “Kronprinz”: «Es interesante ver cómo, entre las gentes inteligentes, la apreciación del príncipe Guillermo cambia inmediatamente; mientras ayer aún le criticaban, lo encontraban sin corazón, irreflexivo y no sé qué más, hoy es un carácter firme y lleno de promesas para el porvenir». Esto refleja el grado en el que puede cambiar las cosas la búsqueda del favor del futuro soberano.

Sin embargo, como ya hemos visto, las posturas de Guillermo II se acabarían revelando a la hora de la verdad como más moderadas y menos centralistas que las del archiconservador Bismarck, que sí que no estaba dispuesto a ceder en ciertos asuntos aun con el peligro de una guerra fratricida e inclinado a veces hacia el golpe de estado, la confrontación con el Reichstag o la ruptura constitucional. Sigamos:

Durante la enfermedad del “Kronprinz”, su familia da la imagen de división y cada uno parece más preocupado de su futuro que del enfermo. La princesa Victoria impone a su esposo, contrariamente a los consejos de los médicos, una estancia en el Tirol austriaco en septiembre de 1887, y luego, a pesar del deseo del Emperador de que su hijo permanezca en Alemania, una prolongada permanencia en Italia: en Venecia, en el lago Mayor y, finalmente, en San Remo, donde la pareja reside de noviembre de 1887 a marzo de 1888. Todos los testimonios, con raras excepciones, concuerdan en subrayar la relativa indiferencia de la princesa, sobretodo preocupada por su proyecto de boda Battenberg. Se sospecha también de una relación con su chambelán, Götz von Seckendorff. Pero parece claro que rechaza creer la gravedad de la enfermedad, incluso después del diagnóstico de noviembre de 1887. Se constata asimismo mucha frialdad por parte del príncipe Guillermo, incluso cuando se habla de una reconciliación con su padre en San Remo. Eulenburg –el amigo íntimo de Guillermo- afirma, el 7 de junio de 1887, que el príncipe le ha informado del cáncer de su padre «con seriedad, pero sin ningún ardor». Guillermo está sobretodo preocupado por su destino personal. Eulenburg constata así, el 22 de noviembre, que «el príncipe reflexiona y pondera todo hasta el más mínimo detalle para estar preparado en todo momento. Nadie podrá nunca reprocharle falta de energía».

Lo dejamos momentáneamente aquí. Espero que os esté gustando. Continuará...




El "Kronprinz" Federico en 1875, llevando uniforme de la Guardia de Corps -unidad del Ejército Real prusiano y que ya hemos visto anteriormente en otras imágenes- y ostentando en el pecho la Cruz de Hierro.

Por cierto, los retratos del Káiser publicados en el primer artículo -página 1- no están, como espero que vuestro sano juicio haya supuesto, ordenados cronológicamente. El orden seguido -siento si alguien se ve contrariado por esto- en la publicación es simplemente el orden en que fui encontrando dichas imágenes, pues algunas teníalas ya en mente con intención de públicas hacerlas mientras otras no, encontrándolas accidentalmente en mi proceso de búsqueda. Así, con el miedo de que pudiera perderles el rastro y no pudiera finalmente mostrároslas, fui insertándolas al momento.

Por lo tanto, si alguien desea saber el año o la época concreta a la que corresponden dichos retratos no ha de hacer otra cosa que comunicármelo, pues yo con placer haré colmar sus voluntades. Aunque también es bien cierto que quizás algunas de ellas no se hallan fechadas, dificultando un tanto mi labor.

A ver corn respeto la libertad de sentimientos, esta bien que te guste el kaiser guillermo II, pero su politica expansionista fue uno de los causantes de la primera guerra mundial, asi que creo que es villano mas que heroe.

mi opinion tambien es la de que es un villano!!!

por cierto, Nicolás II el zar era el primo de Guillermo II?

y mi tatarabuelo el otro primo dios tambien soy pariente del zar que deshonor

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿que deshonor?!!!!!!! si eres pariente de dos de los grandes personajes de la gran guerra, y los idolos de cornflakes!!!!!!!!

Oye cornflekes, estas fotos de donde las ha encontrado, porque son muy antiguas

B1bis escribió:

A ver corn respeto la libertad de sentimientos, esta bien que te guste el kaiser guillermo II, pero su politica expansionista fue uno de los causantes de la primera guerra mundial, asi que creo que es villano mas que heroe.

Eso es lo que quieren vender desde Inglaterra y EEUU: la política expansionista de la Alemania imperial es un chiste en comparación con la inglesa de la época. Sin poder ampliar sus fronteras en Europa -pues sería incluir pueblos no-germánicos en el Reich-, el Káiser había repetido varias veces, sobretodo con ocasión de las crisis marroquíes, que "los asuntos coloniales no merecían una guerra". Así, pues la tan criticada Weltpolitik alemana no se puede tachar de expansionista ni de causante de la P.G.M., pues Alemania era uno de los pocos países a quien no interesaba en nada una guerra, del tipo que fuese.

Barney Stinson escribió:

Oye cornflekes, estas fotos de donde las ha encontrado, porque son muy antiguas

¿A cuáles te refieres exactamente?¿A las del Káiser que aparecen en el primer artículo, a las de éste con Bismarck en las continuaciones o a la de su padre Federico III que publiqué esta semana?

Todas ellas se encuentran en Internet, pero, si me indicas aquella en la que estás interesado, te podré ofrecer información más detallada.

Próximamente haré pública la continuación -traducida del francés- del apartado La enfermedad del "Kronprinz", que estábamos tratando antes de estas bienvenidas interrupciones que se leen más arriba y que dejamos aún abierto.

Por cierto, Matterhorn, aún no nos has explicado cuál era tu relación de parentesco con los Hohenzollern...

Antes de proseguir con La enfermedad del Kronprinz, unas fotos de archivo de los años anteriores al ascenso al trono de Guillermo II:


En el centro, con un Pickelhaube en la mano, el káiser Guillermo I -abuelo de nuestro protagonista-, junto con el rey Alfonso XII de España. El primero por la derecha es el futuro rey Eduardo VII de Gran Bretaña. Justo encima suyo, a la izquierda, el Kronprinz Federico, y, aún más a la izquierda, sin barba, el rey Alberto de Sajonia. Al fondo, detrás de Alfonso XII, vemos al futuro Guillermo II.

La fotografía corresponde a la recepción del monarca español en la ciudad-balneario de Bad Homburg, el 26 de septiembre de 1883.


Inauguración en 1883 del titánico Niederwalddenkmal, dedicado a Germania y erigido para conmemorar la victoria sobre Francia en la guerra de 1870-71. Al pie del monumento se levantó un baldaquino, coronado por la entonces bandera alemana negra-blanca-roja y desde donde el káiser Guillermo I, el Kronprinz Federico y el príncipe Guillermo presidieron la ceremonia. Como telón de fondo, el también gigantesco Rin, río más emblemático de Alemania.


El káiser Guillermo I, a caballo y con Pickelhaube, conversando con un militar durante unas maniobras en 1883.




Más fotografías de Guillermo I en dichas maniobras.






Imágenes del Desfile de Primavera de 1887, celebrado en el Lustgarten de Potsdam y presidido por el káiser Guillermo I. En las dos últimas, asoma por detrás la Nikolaikirche.

Y ahora, una más moderna de Guillermo II en tierras más cercanas:


En primer plano, el Káiser, ataviado con uniforme de marino, en el puente de mando del "König Albert", fondeado frente al puerto de Mahón (Menorca), el 22 de marzo de 1904.

Muy interesantes las imagenes, por cierto la guerra tambien vino, a parte del asesinato del archiduque de Austria, porque la gente tenia ganas de guerra.

Cuando avancemos cronológicamente en la vida de Guillermo II y lleguemos al estallido de la Gran Guerra, ya pondré en común mi opinión acerca de dicho hecho. Avanzo que me muestro partidario de la teoría de la culpabilidad franco-rusa, estando cercano a las visiones sobre el asunto del historiador Harry Elmer Barnes (1889-1968), del que ya hablaremos con detalle más adelante.

Por cierto, aquellos interesados en la historia estaría bien que añadiesen comentarios con datos u otro tipo de elementos que fuesen especialmente interesantes, pues, si sólo lo hago yo, el debate corre el grave riesgo de caer en la monotonía.

Os dejo un vídeo de la serie "Die Deutschen" (Los alemanes), correspondiente al reinado de Guillermo II (1888-1918). Pese a estar en alemán, creo que para los entendidos en esta época histórica las imágenes serán suficientemente evocadoras. El título del fragmento es "Wilhelm und die Welt" (Guillermo y el mundo):

Y ahora, la Marcha de presentación del káiser Guillermo II:

Viendo las imagenes parece un personaje un tanto carismático

Por cierto tenias razón, el Kaiser Guillermo II no tenia intención de causar la gran guerra, y intentó preservar la paz, por ejemplo con Nicolás II que tenian algún tipo de amistad, pero al fin por la presion de Inglaterra tuvo que acceder a entrar en guerra.

Encima al declarar la guerra Guillermo II dijo: "Se arrepentiran de esto caballeros", aunque luego quien se arrepintió fue el.

Y los británicos también puesto que perdieron su hegemonía mundial