Los niños que padecen violencia familiar muestran el mismo patrón de actividad cerebral que los soldados expuestos al combate, señalaron científicos.
En un estudio publicado en la revista Current Biology, los investigadores emplearon escáneres cerebrales para evaluar el impacto del abuso físico o la violencia doméstica sobre el desarrollo emocional de los niños y hallaron que estaba relacionado con una mayor actividad en dos zonas del cerebro.
Estudios previos que controlaron los cerebros de soldados expuestos a situaciones violentas de combate mostraron el mismo patrón de actividad elevada en estas dos regiones -la ínsula anterior y la amígdala-, que los expertos indican que están asociadas con la detección de posibles amenazas.
Esto sugiere que tanto los niños maltratados como los soldados se habrían adaptado para estar "hiper-atentos" al peligro en su ambiente, dijeron los investigadores.