Mientras propone la construcción de retretes con equipamientos para lavarse las manos que, a su vez, servirán para recolectar los desechos que serán transformados en fertilizantes y biogás, es decir, oro.
“Cada retrete es una franquicia. Pertenecerá y será gestionado por un emprendedor local que podrá obtener beneficios de él”, indica Auerbach a The Huffington Post. “Nuestro objetivo es que en cinco años hayamos construido unos 6.000 puestos sanitarios que servirán para 500.000 personas”, agrega, al tiempo que lo resume en datos empresariales: “podemos llegar a crear unos 3.000 empleos”, sólo en Kenia.