Imagínese la escena. Un cuarto a media luz. Un abogado sobrio, lo rodean personas vestidas de negro. A algunas se les caen las lágrimas. La ocasión: la lectura del testamento del querido tío Pablo… "Y a mi muy amado sobrino, le dejo el acceso a mis cuentas de póker y bingo online y a mi nieto Alfonso, le dejó mis créditos disponibles en iTunes".
Podría parecer una escena un tanto exagerada y hasta artificial, pero al ritmo que estamos acumulando activos digitales, así será el testamento que deberíamos estar considerando escribir.
Contenido relacionadoVida digital tras la muerteEl abogado Matthew Strain, quien ya ha asesorado a clientes sobre sus herencias digitales, señaló que tomar en cuenta esos bienes en un testamento es "relativamente sencillo".
"Con más fotos, libros, música y elementos que se guardan en internet y en el formato digital, la pregunta de lo que les pasará cuando su propietario se haya ido, se ha vuelto, hoy en día, más y más importante", indicó Strain.
Las posesiones online, desde fotos digitales y videos hasta música y aplicaciones, tienen un valor financiero y emocional para sus dueños y, potencialmente, para sus seres queridos".
La gente que no cuida de sus posesiones digitales ponen en riesgo que se pierdan cuando mueran e, incluso, podrían dejarles deudas a sus familiares.
"Podrían ser responsables por suscripciones a revistas y periódicos en internet", explicó el abogado.